Ahora los abogados del hombre acusado de tramar infames crímenes de guerra denuncian que le ha sido negada la atención médica que requiere, por lo que se encuentra demasiado débil incluso para ir al baño. La diabetes que padece Montano y la propensión a una infección después de sufrir cáncer de vejiga aumentan los temores de si vivirá lo suficiente para enfrentar un juicio bajo cargos de haber ayudado a orquestar los asesinatos en 1989 de seis sacerdotes jesuitas durante la guerra civil en El Salvador. El juez federal que analiza los intentos de España por extraditar a Montano ha descrito su situación como "potencialmente fatal", pese a que previamente había rechazado la solicitud del acusado para vivir con miembros de su familia mientras su caso se desarrolla.