El tiempo no siempre lo borra todo. El dolor de aquellos que fueron abusados sexualmente desde pequeños nunca se olvida. Así lo aseguraron las víctimas de abuso sexual que hoy se reunieron frente a la Catedral Nuestra Señora de Los Ángeles para pedir justicia por los crímenes cometidos por curas y religiosos pedófilos. “Todavía puedo sentir las manos del cura en mi cuello, su aliento, su cuerpo contra el mío, sus palabras.